“Hacer de su pipa un manifiesto humeante contra la Monarquía de Julio, la del último rey de Francia”

Esta es, en efecto, una pipa, pero su cazoleta tallada imita una especie de cabeza. Una cabeza poco atractiva, con una base muy acampanada que forma una papada, pero puntiaguda en la parte superior sobre unas cejas fruncidas. Este rostro abultado y en forma de pera es el de Luis Felipe ^I , ascendido al trono en 1830 por la Revolución de Julio, antes de ser derrocado en 1848. Esto convierte a esta pipa tan común en un manifiesto fumable contra la Monarquía de Julio, la del último rey que conoció Francia.

A principios del siglo ^XIX , los hombres poderosos eran objeto de una multitud de lo que hoy llamaríamos productos derivados. La cazoleta de pipa era un artículo popular durante este período de intensas pasiones políticas. Mientras los nostálgicos del Imperio daban unas caladas melancólicas a las pipas con la imagen de Napoleón, dos pipas con forma de pera fueron confiscadas en la casa de Pierre-François Meunier, autor de un fallido intento de asesinato contra el rey en diciembre de 1836. Estas pipas ilustran lo que los republicanos disfrutaban con malicia exhibiendo en grupo. Pues la burla estaba claramente dirigida a Luis Felipe.

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